martes, 17 de noviembre de 2009

Cristina

¿Qué te ha pasado Cristina? Se te han vuelto los ojos azules de tanto llorar. De pasarte los días con lágrimas densas saliendo de tus pupilas, se te han decolorado.
Las gotas densas de desilusión, inertes y sin sentimientos caían arrastrándose por su iris, como ácido, llevándose el marrón castaña. Así poco a poco pasaron por rojo de la irritación, miel, oliva hasta llegar a azul plateado y derivar a un azul muy mortecino que se derretía con el blanco, como las olas en el mar.
¿No crees que es hora de dejar de lastimarte?¿De dejar de lamentarte por que algún indeseable te haya hecho daño?¿De fustigarte con los recuerdos o lo que podría haber sido?
Ay cariño, abandona a la pena, que no te merece en su círculo de amigos. Ciérrale la puerta y no le respondas, mete la cabeza en la bañera, ni la mires ni la saludes, ni siquiera pienses que existe, no te merece.
Mejor abre las ventanas para que la lluvia moje los muebles, empape el parqué y lo bufe, deje olor a mojado en las cortinas y que sea complicado respirar de lo limpio que está el aire. Que el viento meta hojas y ojos, ruido y agua, que limpie el ambiente. Ábrelo todo, que el abrir las ventanas sea poner esperanzas, mira al cielo, mira arriba y piensa en lo que viene, en lo bueno que podrá ser y agradece que estés aquí, que muchos murieron ya de mal de amor y tú eres una superviviente.
Ahora deja que tus ojos se vuelvan marrones.
-Pero yo no quiero que mis ojos dejen de ser azules. Son azules de mirar al cielo.

*Mapi* 17 Noviembre 2009

3 comentarios:

  1. ñañeñiñoñú.

    Lo esencial, es invisible a los ojos.
    Por eso mismo, dichoso aquel que se atreve a pagar el precio de sus sueños.

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  2. me ha encantado. son azules de mirar al cielo.

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